Cronicas urbanas I
Venía por la vereda, sopesando las distintas venganzas que puede tomarse una dama y totalmente en otro planeta como de costumbre. Difícil elección pues no tienen que quedar rastros que puedan identificar al culpable y al mismo tiempo el mensaje debe ser totalmente claro, sin que queden dudas sobre la autoría del hecho. Mientras sorteaba con la habilidad nacida de la costumbre los chorros de agua que caían de los techos, miraba la punta de los zapatos (totalmente empapados y aún así las medias seguían secas). Con la expresión de " esto no te va gustar" en la cara y un pie balanceándose hacia la acera, analizaba los pros y contras de la venganza cuando una voz masculina dispara: - No, no hace falta, hacelas hervir hasta que estén blandas. |
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